Fases del Penar
El proceso del duelo puede ser dividido en cuatro fases:
Conmoción y aturdimiento: Los familiares tienen dificultades para procesar la pérdida; están aturdidos y estupefactos.
Anhelo y búsqueda: Los sobrevivientes sienten ansiedad por la separación y no pueden aceptar la realidad de la pérdida. Esto engendra el deseo de buscar y recobrar a la persona perdida. El fracaso de esta búsqueda conlleva repetidos desencantos y frustraciones.
Desorganización y desesperación: Los familiares usualmente se sienten deprimidos y tienen dificultades para planear el futuro, se distraen con facilidad y experimentan problemas para concentrarse.
Reorganización.
Tratamiento
La mayoría del apoyo que una persona recibe después de sufrir una pérdida, proviene de amigos y familiares, pero también podría provenir de médicos y familiares, sin embargo, las personas que tienen dificultades en lidiar con su pérdida, podrían beneficiarse de unas sesiones de terapia u orientación relacionadas con el luto.
Las sesiones de orientación ayudan a los dolientes que presentan una reacción normal a la pena, sin mayores complicaciones, a completar el proceso de penar. La orientación la proporcionan orientadores profesionales u otras personas en proceso de duelo. Estos servicios pueden llevarse a cabo en grupo o individualmente.
Las metas de esta orientación incluyen:
Ayudar a la persona en duelo a aceptar la pérdida, haciéndoles hablar sobre ella.
Ayudar al doliente a identificar y expresar los sentimientos relacionados con la pérdida (por ejemplo, rabia, culpa, ansiedad, desamparo y tristeza).
Ayudar al doliente a vivir sin el fallecido y a tomar sus propias decisiones.
Ayudar al doliente a independizarse emocionalmente del fallecido y establecer relaciones nuevas.
Proporcionándole el apoyo y el tiempo necesarios para enfocar su duelo en ocasiones especiales como cumpleaños y aniversarios.
Explicarle en qué consiste una pena normal, y cuáles son las diferencias individuales en este proceso.
Dar apoyo continuo.
Ayudar a la persona a entender su forma de penar.
Identificar problemas de la persona al confrontar la pena y recomendarle que acuda a un profesional en terapia del penar.
La terapia del penar se usa en personas que reaccionan de manera compleja ante una pena. La meta de la terapia es identificar y resolver los conflictos de separación de la persona con el fallecido. Los conflictos de separación pueden presentarse como problemas físicos o del comportamiento, duelo demorado o extremo, pena prolongada o conflictiva, o duelo inesperado (aunque este tipo no se encuentra normalmente en las muertes por cáncer).
La terapia del penar puede proporcionarse de forma individual o en grupo. Lo normal es establecer un contrato con el individuo para definir el tiempo límite de terapia, su costo, y las expectativas y enfoques a utilizar.
La terapia del penar requiere hablar acerca de la persona fallecida, y reconocer si hay emociones mínimas o exageradas alrededor de la pérdida. Esta terapia puede ayudar a la persona a ver que la culpa, la rabia, u otros sentimientos negativos o incómodos pueden existir al mismo tiempo que otros sentimientos más positivos en relación al difunto.
Los seres humanos tienden a formar lazos afectivos sólidos con otras personas. Cuando estos lazos se rompen, como por medio de la muerte, las reacciones emocionales son fuertes. Después de la pérdida, hay ciertas tareas de duelo que deben completarse. Estas tareas básicas incluyen el aceptar la realidad de la pérdida, vivir con el dolor físico y emocional de la pena, adaptarse a una vida sin el ser querido, y separarse emocionalmente de él para continuar viviendo. Es esencial que la persona que atraviesa por una pena de este tipo complete estas tareas antes de que termine el duelo.
En la terapia del penar, existen seis tareas que se pueden usar para ayudar a la persona en duelo a superar el proceso:
Desarrollar la capacidad de experimentar, expresar y adaptarse a los dolorosos cambios afectivos de la pena.
Utilizar los medios más eficaces de afrontar los cambios dolorosos.
Establecer una relación continuada con el difunto.
Mantenerse saludable y funcional.
Restablecer antiguas relaciones, y entender que otros podrían tener dificultad en comprender su pena.
Llegar a tener una buena imagen de sí mismo y del mundo.
Pudieran surgir complicaciones en el proceso del penar debido a que este proceso no fue debidamente finalizado en pérdidas anteriores. Para poder resolver satisfactoriamente el duelo presente, se debe afrontar la pena relacionada con estas pérdidas anteriores. Una terapia sobre el duelo incluye el lidiar con la resistencia al proceso de duelo, identificar los asuntos pendientes con el fallecido, e identificar y acomodar pérdidas secundarias como resultado del fallecimiento. Por último se ayuda al doliente a aceptar lo irreversible de la pérdida y visualizar lo que será su vida después del período de duelo.
Complicaciones del Penar
Las reacciones complejas hacia la pena requieren de terapias más complejas que las reacciones normales del penar. Algunas de las complicaciones del penar más comunes son los trastornos de la adaptación (especialmente la depresión y la ansiedad o emociones y comportamientos perturbados), la depresión grave, la toxicomanía e incluso los trastornos del estrés postraumático. Cuando el penar se torna complejo, se puede identificar por la duración de los síntomas, la interferencia que ocasionan o la intensidad de los mismos (por ejemplo, pensamientos o conductas suicidas intensas).
La pena compleja o sin resolver se puede manifestar como una ausencia total de pena y duelo, la incapacidad de sentir una pena normal, la pena retardada, la pena conflictiva, o la pena crónica. Los factores de riesgo en las complicaciones del duelo incluyen: lo súbito de la pérdida, el sexo del doliente, y la relación con el difunto (por ejemplo, una relación demasiado cercana e intensa o una ambivalente). Las reacciones de penar que se convierten en depresiones graves deben ser tratadas con medicamentos y enfoques psicoterapéuticos a la vez. La persona que evita todo lo que le recuerda al fallecido, que piensa constantemente en él o sueña con él, y que reacciona con pánico ante cualquier cosa que le recuerde al difunto puede estar padeciendo un trastorno por estrés postraumático. Otra reacción posible es recurrir a la toxicomanía, a menudo con el fin de intentar evitar los sentimientos de dolor relacionados con la pérdida y los síntomas que la persona padezca (como el insomnio). Este problema también se puede tratar con medicamentos y psicoterapia.
La Respuesta Cultural sobre la Pena y el Duelo
La pena por la pérdida de un ser querido, de algo que atesoramos o debido a un cambio drástico en nuestras vidas es una manifestación universal que traspasa todas las culturas y edades. Sin embargo, aún no se entiende completamente el papel que juega el aspecto cultural en la pena y el duelo. Las actitudes, creencias y rituales relacionados con la muerte deben ser descritos acorde a los mitos y misterios que la rodean en las diferentes culturas.
Las experiencias individuales de la pena son similares entre diferentes culturas. Esto resulta ser cierto aun cuando las culturas exhiben distintas ceremonias de duelo, tradiciones y conductas para expresar la pena. El ayudar a una familia a asimilar la muerte de un ser querido implica el respetar su herencia cultural e incentivarlo a que decida como honrar al fallecido. Las siguientes son una serie de preguntas importantes para formularles a las personas que han perdido a un ser querido:
¿Cuáles son los ritos y costumbres que se llevan a cabo en su cultura durante el proceso de duelo, el funeral y el entierro?
¿Cuáles son las creencias de la familia acerca de lo que pasa después de la muerte?
¿Qué tipo de expresiones emocionales se consideran apropiadas ante la pérdida?
¿Existe alguna regla sobre el rol que debe desempeñar cada miembro de la familia ante la muerte de un ser querido?
¿Existe algún tipo de estigma ante determinado tipo de muerte (como el suicidio) o existen ciertas clases de muerte que son especialmente traumáticas para su grupo cultural (como la muerte de un niño)?
La muerte, la pena y el duelo son aspectos universales y naturales del proceso de la vida. Todas las culturas han desarrollado prácticas que les ayudan a lidiar con la muerte, y el perturbar estas prácticas puede interrumpir el necesario proceso de pena. El entender estas prácticas pueden ayudar a los médicos a identificar el proceso del penar en pacientes de otras culturas.